Piensa en las personas o empresas a las que quieres llegar. ¿Tienen alguna característica demográfica (edad, ubicación, ingresos) o psicográfica (intereses, valores, estilo de vida) en común? Puedes describir varios grupos si tu negocio atiende a más de uno.
Si has identificado distintos grupos de clientes con necesidades o comportamientos diferentes, detalla cada uno. ¿Existen nichos particulares a los que te diriges?
Concéntrate en los problemas, desafíos o deseos que tu negocio resuelve para tus clientes. ¿Qué les "duele" o qué aspiran a lograr, y cómo tu oferta les proporciona una solución?
Piensa en tus diferenciadores. ¿Es el precio, la calidad, la innovación, la conveniencia, el diseño, la marca, la experiencia del cliente? ¿Qué beneficio real obtiene el cliente al elegirte?
Detalla los caminos que utilizas para alcanzar a tus segmentos de clientes. Por ejemplo: tu sitio web, redes sociales, tienda física, ventas directas, distribuidores, delivery propio o externo, marketplaces online, etc.
Describe cómo interactúas con ellos en cada fase (adquisición, retención, post-venta). ¿Es un servicio muy personalizado, una comunidad, autoservicio, asistencia automatizada, una mezcla?
Detalla los modelos de ingresos. Por ejemplo: venta directa de productos, suscripciones, licencias, tarifas por servicio, publicidad, alquiler, comisiones, etc.
Piensa en los recursos físicos (oficina, maquinaria, vehículos), intelectuales (patentes, marcas, conocimientos especializados), humanos (personal clave) y financieros (capital, líneas de crédito) que son indispensables.
Identifica los gastos fijos (alquiler, salarios base) y variables (materias primas, comisiones por ventas, costos de envío) más significativos. Considera costos de adquisición de clientes, de desarrollo, mantenimiento, etc.